viernes, 13 de abril de 2012

"Y jugarás al Golf durante 600 laaaargos años"

El gran golfista norteamericano Bobby Jones visitó Escocia en la primavera de 1921 tras apearse del Royal Scothman train en la estación de ferrocarril a las afueras de Leuchards, a 5 km de Saint Andrews. Llovía levemente y salía el sol a cada rato de modo que se enfundó uno de esos paraguas enormes tan tipical scottish y aunque le aguardaba un automóvil prefirió ir caminando.


Paseó por las calles de Saint Andrews, frente a él los restos de la catedral se alzaban lastimosos en un último aliento... Solo quedaban en pie la torre, 2 muros, otros tantos arcos y un sin fin de lápidas que aún siembran de melancolía el llano.


Sin duda se sentó bajo el árbol centenario del patio en Saint Mary´s College, pensando en cual sería su actuación en el próximo campeonato… Sin embargo la suerte estaba echada, sería una víctima más del caos y las ondulaciones propias de este singular terreno lo que le impediría en aquella ocasión desarrollar el excelente juego al que estaba acostumbrado.


Y es que el campo de golf más famoso de Escocia discurre entre una amalgama de carreteras y caminos raramente transitados por carros, bicicletas y toda suerte de vehículos a motor siendo incluso atravesado de cabo a rabo por los raíles del ferrocarril ¡y eso que Saint Andrews carece de estación!


No es de extrañar pues hay una razón histórica para tanta excentricidad resulta que el campo de gof fue construído en terreno comunal.



El monarca David I de Escocia concedió la propiedad de esas tierras a las gentes del lugar en 1123 autorizándoles a que hicieran libremente cada cual lo que quisiera con ellas y así ha sido hasta nuestros días.


Durante 600 largos años los golfistas han coexistido con el trajín de casas y castillos, con conejos corriendo, ovejas pastando, disparos de rifle, caballos al galope, tiro con arco y partidos de fútbol entre llovizna y llovizna. Tanto es así que hasta 1993 la ley permitía a los pastores plantarse en las praderas de Saint Andrews ¡con rebaños enteros!


Incluso existe un puente entre los hoyos 1º y 18º que permite históricamente a los lugareños acceder de la ciudad al viejo puerto en el estuario del rio Eden y solían aprovechar la caminata para lavar en la ribera frotando y frotando jabón en mano sus prendas de domingo para luego tenderlas al viento de un cordel en pleno campo de juego.

Así el campo de golf más antiguo y emblemático sigue mostrándose al mundo espontáneo, encantador y en gran medida “tal como fue” merced a haber sido diseñado por el tiempo, no por el hombre, allá donde el golf forma parte de la vida cotidiana y no un mero deporte.


Así el legendario Bobby Jones, relegado en tal ocasión a un discreto puesto en la clasificación, lejos de amilanarse aceptó como un caballero su derrota así como el reto a volver brindando con un buen whisky. En 1929 y tal como había prometido se hizo con el campeonato afirmando satisfecho y reconciliador: “En ningún otro lugar a excepción de St Andrews estos hechos serían admisibles, pero aquí resulta tan natural como la piedra gris de la línea de casas que circundean el campo"

Es muy probable que este gran golfista antes de partir de Saint Andrews acariciara las dunas del sur, allá donde la marea deja kms de arena mojada, saboreando su victoria… De ser así, aquella playa bañada en bruma no sería otra que West Sands.

¿Te suena? Si la vieras de nuevo, te resultaría familiar porque allí se rodó la famosa escena del filme “Carros de Fuego” (Charriots of Fire) donde el equipo nacional de atletismo británico entrena para acudir a las olimpiadas de Paris bajo los efluvios evocadores de Vangelis ¿la recuerdas? Lástima que en los créditos de la película figurara erróneamente la localización, situándola en Broadstairs, condado de Kent.


Desde que vi Carros de Fuego, acostumbro a correr por la playa. Y si vuelvo a Saint Andrews alguna vez, quizás no juegue al golf pero juro que pisaré esa misma arena, como antes lo hicieran ellos, sorbiendo la vida y salpicando fuerte a cada zancada.

2 comentarios:

  1. Me gusta el golf y Carros de fuego, como olvidar esa escena.
    Me encanta viajar de tu mano en esta guía improvisada.
    Es fantástico visitarte
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escocia tiene algo que empapa, no sé. La mañana allí está envuelta en bruma como en un thriler o un cuento de hadas. Cada día que amanece promete ser legendario en cuanto te asomas a la ventana... Y eso me encanta!
      Gracias por los ánimos. Tú sí que escribes bonito, tus frases son poemas pintados en cuatro trazos. Besos

      Eliminar

Si te gusta la entrada, te animo a dejar tu opinión. Responderé encantada a los comentarios cada 12 horas, a 1ª hora de la mañana y de la noche.
Hasta pronto!