viernes, 26 de octubre de 2012

2 Bodas y 1 Funeral


1.Damian y Helena
Damian trabaja en Bolsa y está acostumbrado a aparecer en público, sonreír al infinito,  sortear flashes, codearse con multitudes… siempre fue así y nunca pensó que aquello pudiera suponer un problema.
Conoció a Helena de compras por Milán, en una tienda de corbatas, se probó unas 20 con tal de que ella le rodeara el cuello y se las anudara. Era tan dulce, sencilla… auténtica.  El contrapunto a todo lo que conocía, a esa vida espectacular que le convertía en un pelele y que sin darse cuenta le esclavizaba por completo.  
Cuando está con Helena, su sola presencia le refresca creyendo morir cada vez que se aleja… comprendió que la necesita, que no puede vivir sin ella. Pero debió de entender que ella odia las luces, los gritos, las cámaras. Mantuvieron lo suyo en secreto hasta que Damian decidió darle una gran sorpresa:
Montaron en avioneta una tarde cualquiera. Ella en vaqueros, él de etiqueta… Viajarían hasta la ciudad francesa de Nimes para visitar el mejor conservado de los anfiteatros romanos antes de la cena. Era de noche, fuera del horario de visita, cuando caminaban esos mismos túneles que una vez recorrieran los gladiadores por un camino de antorchas… solo estaban ellos dos y un hombrecillo que hablaba sin parar con su propia grabadora mientras tomaba medidas improvisadas con una cinta métrica.

- ¿Quién es este? ¿por qué lo llevo pegado a la espalda?
- Marcel está haciendo su trabajo. Olvídate de él, haz cómo si no estuviera…

Siguen avanzando mientras retumban sus pasos entremezclados con el eco de gritos, de llantos y rugidos perdidos en el tiempo que vagan extraviados. Damian sonríe para sí, para él se trata de un juego  mientras a ella empiezan a sugestionarle  aquellas paredes  oscuras e interminables.
Se separan con un beso y es entonces que Marcel la conduce a una sala pequeña. Le pide que cierre los ojos, la despoja de su ropa sin apenas rozarle la piel para luego cubrirla con una vestido ligero de gasa… 

- ¿Qué hace? ¡¡¡Damian, no consientas esto!!!
- Mi querida niña, Damian está al corriente. Mírame, soy completamente inofensivo ¿no crees?  – se le escapó una risita más propia de una viuda atribulada que de un sastre selecto.

- Damian seguro que me está buscando, tengo que irme.
- Relájate, Helena, todo está dispuesto – mira el reloj –tengo 12 minutos para hacer de de ti una auténtica emperatriz.
- Teníamos otros planes, debe tratarse de un malentendido.
- Hoy serás mi musa, cuando contemplen mi obra será apoteósico, alcanzaré mi propio zenit.

Helena se mantuvo quieta, incómoda, realmente consternada. 

- Ay, chiquilla ¿por qué estás tan tensa? Deja que te mime, estás en buenas manos. 
- Si al menos supiera de qué va todo esto…
- Prometí no contártelo,  se trata de una sorpresa de nuevo esa risita, esta vez más jovial, parecida a la de una quinceañera

- No se qué queréis de mí...
- Mírate, estás guapísima. La mismísima Mesalina  palidecería a tu lado.

Helena abrió los ojos y sí, estaba deslumbrante con una tiara de guirnaldas y el pelo entrelazado formando caracoles…  resplandecía como una diosa del Olimpo. Frente al espejo quedó extasiada contemplando a esa criatura etérea venida de otro mundo, consciente de que aquella elfa, nacida del manantial y de la primavera era una imagen fantástica que no le pertenecía.
Marcel la cogió del brazo y ruborizado como un colegial la condujo hacia el arco empedrado donde Damian la esperaba. Él sonrió rebosante de orgullo…

- Me caso con un hada

Es ahora que avanzan los dos hacia el centro de aquella plaza eterna, inexpugnable y amurallada cual fortaleza. En las gradas aguardan expectantes decenas de personajes pintorescos, repeinados, engalanados para la ocasión, altavoces, focos, reporteros con sus cámaras… Suenan trompetas, el público se levanta y entre vítores Damian se arrodilla y le pregunta micrófono en mano, parece Broadway más que una boda de antaño:

- Mi querida Helena ¿Me harías el hombre más feliz de la tierra? Concédeme tu mano.
- Así, no.
- ¿Cómo puedes rechazar todo esto?
- No me gustan las sorpresas
- Pero muñeca, defraudaremos a nuestros invitados…
- Tú los has traído, no yo. Además, no soy un mono de feria al que exhibes en tu circo privado.



2.Gladiadores y Fieras
Por un momento imaginó sangre en la arena y lanzando a la platea esa corona de flores que llevaba prendida del pelo gritó…

- Por tantos que murieron aquí entre gritos de júbilo... ¡cómo podéis divertiros con esto!
-¿Te has vuelto loca? Me estás avergonzando delante de toda esta gente....
- ¿Una boda en un cementerio? Sería grotesco, váyanse todos.

… para luego correr huyendo, lejos de su pesadilla.

- Helena ¿a dónde crees que vas?¡vuelve aquí! Con todo lo que he hecho por tí. Te ofrecí todo tipo de lujos, te saqué de las cloacas...
- Basta ya, se acabo la farsa - perdiendose entre la multitud.
- No juegues conmigo, Nena, me muevo en los bajos fondos y no sabes de lo que soy capaz. Mira que con un simple chasquido de dedos te elimino del mapa...


Desde entonces Helena se volvió invisible de cara al mundo, simplemente desapareció. Esquiva, ausente y sin alzar la voz hablaría en susurros, tan tenues como el silvido de la ardilla en un parque de ciudad.





3.Tommaso y Helena
Tomasso es administrativo en una empresa de mantenimiento y está acostumbrado a caminar por el barrio y dejarse ver por el Macdonalds a eso de las 2 y media, empollarse los menús,  sortear las bandejas, codearse con la gente en la cola… siempre fue así y nunca pensó que aquello pudiera suponer un acierto.
Conoció a Helena comprando un helado en Salerno y la siguió en bicicleta pedaleando con torpeza por esas callejuelas con una bici alquilada tan pequeña que se le enganchó el pantalón en el pedal para terminar topándose de bruces con la acera empedrada, lo que no le importó pues ella reparó en él y le limpiaría la herida con un poco de agua. Era tan dulce, sencilla… auténtica.  El contrapunto a todo lo que conocía, a esa vida monótona y gris que le convertía en un empleado más y que sin darse cuenta le ensombreció por completo.
Cuando está con Helena, su sola presencia le refresca creyendo morir cada vez que se aleja… comprendió que la necesita, que no puede vivir sin ella. Pero debió de entender que ella odia los culebrones, los dramas, las frases hechas. Fueron bastante discretos hasta que Tommaso dió un paso más un poco a tientas...

- Si quieres que esto salga bien, busca un sitio del que no pueda escapar ¿lo entiendes?
- Removeré tierras y mar hasta que lo encuentre. 

Se acercaron al puerto una tarde cualquiera. Él con camisa, ella en sandalias. Embarcarían en el Maris UNS48, un submarino ruso reflotado que quedó en desuso con el fin de la guerra fría, antes de la cena. Era de noche, fuera del horario de visita, cuando caminaban esos mismos túneles que una vez recorrieran los soldados soviéticos, con cierta angustia por un estrecho camino de bombillas… solo estaban ellos dos y un hombrecillo que hablaba sin parar con el muelle anotando coordenadas mientras aquel artefacto desvencijado se sumergía 45 metros bajo las profundidades.
Avanzan despacio hasta alcanzar un pequeño habitáculo justo detrás de una cortina mientras retumba el sonido del agua profunda en medio del vacío, él le coloca el collar de su madre con pequeñas perlas, le tiemblan las manos… Tommaso ansía sus ojos en busca de aprobación y encuentra el aliento de su boca… ella respira despacio, parece tranquila. Se dice que todo irá bien, pero sabe lo que ocurrió con Damian aquella vez y que podría huír en cualquier momento.
Helena abrió los ojos y sí, estaba deslumbrante con el pelo suelto y el vestido azul de seda hasta la rodilla, ella dudó si ponerse los tacones y él sonrió rebosante de orgullo…

- Me caso con una sirena, estás bien descalza

Es ahora que se aproximan hacia el fondo de aquel supositorio gigante que aún teniendo poco de acogedor, es perfecto: Es exactamente lo que me pidió "un sitio del que no pueda escaparme". 

 En las sillas plegables, improvisadas, 15 personas en bañador aguardan… 

 - Ya veo, estamos entre amigos
- Bueno, se nos han colado un joven chino cámara en mano y una italiana madurita con el pelo azul creyendo que se trataba de un "tour panorámico".
 - Es igual, no molestan y hacen bulto.
- Hasta le dan a esta lat.a de sardinas una chispa de color
- Eso, con que más natural ¡mejor!

Alguien imita con torpeza al mágico Bob Dylán de los setenta, una guitarra acústica se anima y le acompaña. La música retumba, hay eco por todas partes... el público se levanta y entonces Tommaso frente a ella pregunta:

- Como estamos tan bien juntos... dime, Helena ¿te casarías conmigo? No mañana, aquí y ahora

Abrió la boca, quería asentir pero ninguna palabra salió de sus labios... Calló, quedose sin habla con la mirada perdida en los botones de una camisa.

- Te juro que será distinto. Mírame,  él no está, soy yo quien te lo pido.
- Así, no.
- ¿Cómo entonces? 
- Yo se dónde, ven conmigo
- Si no te gustan las sorpresas…
- Nosotros dos y nadie más. Solos tú y yo
- ¿Y qué pasa con ellos? Tu padre claustrofóbico, el chino enfocando, la marciana de los pelos... Mírales, mi madre se come las uñas y a tu prima se le cae el sombrero. Son buena gente, no les hagas esto.
- Nos verán desde aquí. Hazme caso, que no te llevo muy lejos

El submarino fue emergiendo poco a poco hasta mantenerse a flote, enfundados en gafas de snorkel se tiraron al agua y frente a una escotilla llena de cabecitas risueñas se miraron los novios tan solo por un minuto… se les acababa el aire de los pulmones. Ese pequeño lapso fue suficiente para que 2 SÍs rotundos que nadie escuchó, nadaran eternos en un mar de burbujas con el mismo rumbo por mares inciertos.

viernes, 19 de octubre de 2012

1000 Noches + 1


Lula me citó en un restaurante árabe, hablamos como siempre de nuestras cosas y cuando íbamos por los postres, va y me suelta el bombazo:

- Aquí mismo es donde Carlos me pidió matrimonio el martes ¡puedes creerlo! Imagínatelo, los dos sentados en el suelo, igual que hoy, sobre la esterilla y de repente me dice ¿te gustaría? y sonríe. Sin más abre un estuche y como sabe que odio llevar anillos, me lo cuelga del cuello con una cadena
- Vale, ahórrame los detalles. Entonces ¿te casas? No le habrás dicho que sí ¿verdad?
- Y por qué no? Llevamos siete meses juntos.  Nos casamos esta misma tarde. Creí que te alegrarías por mí, siempre me dices que sea espontánea…
- Y me alegro, solo que llevamos charlando 2 horas. Y ahora, de repente me sales con estas. No sé, me lo podías haber dicho antes ¿no?
- A decir verdad, solo hablas tú y estás tan obsesionada con la cría de hipopótamo que ha nacido en el zoo – bosteza – que a ver quien te hace callar…
- Me haces sentir ridícula ¿lo sabes?
- No hace falta, lo haces muy bien solita. Mírate, con treinta años y no sabes más que mariposear por ahí ¡lo dejas todo a medias!
- Estoy experimentando explorando mi mente, abriéndome nuevas puertas… Mi vida no es ningún desastre ¿te enteras?
- No, si yo no digo nada. Solo que bueno, algunos van hacia adelante y otros se topan con las aceras.
- Tú si que te vas a pegar un morrazo con ese tipo, llevas los ojos vendados ¿o qué?
- Carlos es ideal para mí, como se nota que no lo conoces.
- Sé de él lo suficiente,  que un pijo bajito y un mierda.  Algo amanerado además. No sabes donde te metes, Niña Perfecta.

Lula, muy digna ella, lejos de desquitarse a base de improperios e insultos se puso en pie y me arrojó encima el té moruno al más puro estilo de Hollywood.  Solté un grito ¡quemaba! Ella agarró el bolso y se marchó y yo me quedé ahí  en el suelo, chorreando y encogida como una medusa mustia que en la orilla trajo la marea. En ese momento un hombrecillo del servicio tímidamente apareció, pensé que me traía un pañuelo o algo para secarme…

- Señorita, la cuenta

Lula se había marchado pisando fuerte, clavando a cada paso como haría una diva sus tacones de aguja y lo que es peor  ¡sin pagar la cuenta! La muy zorra… Y eso que sabe perfectamente que yo no me puedo permitir muchos gastos. Lula tenía razón, mi vida no es más que un cúmulo de despropósitos y  me echo a llorar delante del anciano Mustafa que rompió la factura y sonrió.

- Vaya al lavabo y arréglese un poco. Después todo irá a mejor, se lo aseguro.

Ya en el servicio, me miré al espejo. Con el rimmel corrido y esa maldita hoja de hierbabuena… parecía un pendón florido pasada la media noche.  Buscaba un secador eléctrico pero solo hallé una lámpara de aceite, de esas forjadas en bronce y la cogí. Traté de encenderla con una cerilla pero nada, asomé un ojo por la abertura por si quedaba aceite, la meneé un poco a ver si…

- ¡A quién se le ocurre acercarme al fuego! Menos mal que soy un profesional, que si no...
- Menudo susto, creí que estaba sola ¿Quién anda por ahí?

La lámpara de aceite desprendía un hilo de humo amarillo-anaranjado que pronto enmoheció el espejo para luego inundar aquel rincón oriental en medio de un fantástico torbellino de bruma y colores...¡Socoooorro!

- ¿Y tú de dónde sales?
- Pasaba por aquí y como pedías ayuda... pues nada, aquí estoy. A ver ¿qué te pasa?
- Sí, pero tú no creo que puedas ayudarme
- A ver ¿y eso por qué? Soy muy apañao, ¡el McGuiver de los nuevos tiempos! Espera, no será por mi aspecto...
- No, qué va. Bueno, sí, un poco. Así de primeras pareces tan grillao, me juego una birra a que no sabes ¡ni que día es hoy!
- Ahora que lo dices… no lo sé ¡pero puedo explicarlo!
- Perdona, pero estás en el baño de chicas. No creo que sea ni el momento ni el lugar para que me cuentes tu vida.
- Si estoy aquí, es por ti. Conmigo ¡te cambiará la vida!
- Créeme, no es nada personal, pero ¿tú y yo? Lo dudo. Figúrate, 2 Lunáticos juntos...
- ¿Y si te digo que esa lámpara de bronce es muy antigua y la trajeron de Bagdad?
- Muy bonita ¿y qué más?


- Me presentaré formalmente, como indica el manual. Mi nombre completo es Mohamed Abdul Bihn-del Salat y te traigo los secretos de Las Mil y Una Noches.
- ¿Tragarme yo semejante trola? Quizás te funcione con otras chicas, pero no conmigo.
- Pide 3 deseos y acabamos con esto ¿te parece?
- Venga ya, entrarme a mí con ese cuento…
- Que es verdad, soy un genio, llevo en el oficio cerca de ocho siglos y no te pases, que tenemos sindicato y conozco mis derechos. 
- No llevas el pelo rapado ni tampoco perilla ¿dónde te dejaste el chaleco de lentejuelas? Mira que he visto Aladín y tú como que no me cuadras con el rollo ese de la alfombra mágica.
- Vine por Ups correo-urgente, los tiempos cambian. 
- Te miro ¿y qué veo? A un rasta blanco y flaco, así como Macaco… Con el pelo moreno, rizado y unos ojos divinos. ¿Cantas? ¿tocas la flauta? ¿haces malabarismos? ¿o te dió por los collares de cuero? Ahora, en otoño, te iría mejor cerca del mar...
- Centrémonos, que eres una lianta. Tú solo prueba y pides 3 deseos ¡no pierdes nada!
- Vale, lo haré porque me caes bien y empiezo a encontrarle a esto un poco la gracia ¡pero no me metas prisas! ¿eh? Mientras pienso me fumo un pitillo, que relaja y me aclarará las ideas.
- Deja que pegue una caladita, que hace 63 años que no fumo.  Aaaaahh, qué gusto, ya casi ni me acordaba… Y ahora ¡a lo qué estamos!

- Vale, allá voy. Primer deseo: “Quiero una casa en Balí igualita que la de Lady Gaga”
- Qué se cumpla tu deseo ¡¡¡Plblaash!!!
- ¿Dónde estamos?
- En tu lujosa casa tropical, vamos al porche.  El Paraíso, siente el sol, mira la playa…
- Uaaauh, entonces es cierto que tú...
- Pues claro y ahora vamos con el segundo deseo, que ya que estamos aquí, antes de enclaustrarme otros veinte lustros dentro  de esa maldita lámpara me gustaría darme un bañito. Me quedaría aquí para siempre... ¿te traigo a Lady Gaga?
- No, no, espera. Lo tengo. Segundo deseo: “Quiero 2 tíos bien buenorros, un pingüino y un mono”
- Lo de los tiarrones lo comprendo ¿pero un pingüino y un mono?  ¡no tiene ni pies ni cabeza! Mira que he escuchado deseos raros… pues este es el más disparatado de todos.
- ¡Y a ti qué más te da! Me enternecen los animales, son tan…   
- Para un momento, con este serían 3 deseos más,  como ya gastaste uno no me salen las cuentas.
- Es solo 1 deseo ¡porque lo he dicho del tirón!
- Vale. Allá tú, pequeña déspota. Probemos ¡¡¡Plblaaash!!!
- No puede ser… ¿Y estos 2 tíos feos?- que no contestan por encontrarse aún algo aturdidos.  
- Como pediste todo a la vez, te han hecho un pack y te mandan un tío rechoncho vestido de frack como un pingüino y otro flacucho enfundado en un mono ¡te quejarás…!
- Pues claro que me quejo, por más que los miro no les veo el atractivo por ninguna parte. Este tiene un aire a Mr.Bean y ese otro se parece a Mike Jagger. Menudo panorama…

- Oye, tú, sin faltar.
- Para gustos…
- Por cierto ¿Cómo he llegado hasta aquí?  Si yo me estaba casando con Lula…
- ¡Pero si es Carlos!
- Y yo, que  estaba tan tranquilo en el taller arreglando el motor de un Chebrolet del 57… ¿Qué hago con esta gente? Por cierto, a mí esta chica no me dice…
- Pues a mí tampoco, no me pone para nada. Fíjate que me suena su cara ¡y todo! pero no me interesa ni un poquito, definitivamente no es mi tipo. En cambio tú… no sé si son las manchas de grasa o es esa cremallera pero hay algo en ti que me resulta excitante.
- ¿Ves, Genio? Lo sabía, a Carlos le van los hombres - susurrando - Y entonces Lula...
- A ver, chicos, centrémonos en Chari, que es muy maja. Se despierta contenta, siempre esta alegre, se le ocurren ideas de lo más estrafalarias y sigue viviendo como si tal cosa… ¿no es encantadora?
- Mucho sabes de mí… ¿Quién te dijo todo eso?
- Te elegí en cuanto entraste en el restaurante y aparecí cuando se torcieron las cosas.
- Entre un montón de gente ¿te fuiste a fijar en mí? ¿de veras?
- No insistas, Genio, no queremos nada con esa tía - miraditas - nosotros nos vamos por nuestro lado ¿vale?
- ¿Me darás una vuelta en el Chebrolet?
- En cuanto esté arreglado. Entonces ¿por fin no te casas?
- No, ahora sé lo que quiero. “Quiero estar a tu lado”
- Carlos no puede pedir deseos ¿verdad, Genio? Solo me queda uno, qué no me lo quite...
- No te preocupes, Chari, el tercer deseo es tuyo y solo tuyo, palabra de Genio.

Demasiadas emociones en pleno trópico. Caía la noche y de repente se nubló el cielo amenazando con estallar "la madre de todas las tormentas".


- Es un vendaval y viene hacia aquí ¡todos a cubierto!
- Tú y yo nos podríamos perder por ahí…
- ¿Buscamos un rinconcito? Ciao!
- Para mí que estos dos se lo montan por su cuenta y me dejan fuera.
- ¡Qué importa! Si no te gustaba ninguno de los dos.
- Pero si se van, entonces ¿qué me queda?
- Aún te falta pedir un deseo y esta vez acertaras, lo presiento

Entonces descubrí en mi Genio la sonrisa más cálida del mundo y en seguida lo supe.

- “Quédate conmigo,  Genio”  Eso es lo que más deseo. Claro, si tú quieres…  ¿qué me dices?
- Si me quedo, cantaremos Kumbaya a la luz de la luna y trabajaré en un circo escupiendo fuego…
- Lo de la cancioncita, allá que te va  ¿pero un circo en Balí? ¿y tú escupiendo fuego?¡no tiene ni pies ni cabeza! Mira que tengo amigos chalados y nunca jamás escuché nada tan estúpido. ¿No sería mejor tocar la flauta?
- Créeme, la flauta no es lo mío.  Ahora veras…

¡Nunca más! Cayeron los primeros rayos, jamás se oyó melodía más desafortunada en el mundo entero.

- Si montamos el circo ¡te consigo un pingüino!
- No se, no se, que si luego prendes fuego a la isla... ¿Me traes también el mono? ¿Y...?
- Ah, no, NO. Qué te veo venir, un bicho tan grande ¡ni lo sueñes! Ya te estás olvidando del hipopótamo.
- Ahora que caigo, un hipopótamo estaría realmente bien. ¿Sabes que ha nacido una cría esta misma semana en el zoo? Sería tan chiquitina, fíjate que nada más nacer ¡solo pesaba 86 kilos! Una cosita así, regordita... Ya me la imagino: Pum, pum ¡pisando fuerte! La llamaríamos... ¿qué tal Lula? Y bla, bla, bla, bla.

Y nos mojamos juntos mi Genio y yo, haciendo planes bajo el aguacero... 

- Vendrán otras Mil noches después de ésta y en cuanto cese la lluvia, extenderé nuestra colcha de retales sobre la hierba y escucharemos los grillos cantar bajo las estrellas.
- Ni circos ni flautas ¡mi Genio es Poeta!

Lo sé, nada qué ver con el Cuento Oriental de princesas y sultanes, de mil y una lunas... Pero los tiempos cambian y la Magia no muere, ni se queda atrás.

viernes, 12 de octubre de 2012

Agotadora conversación con 1Monje Shaolin

FEBRERO de 2009 en el LAZZIO, ROMA

Luca Santino trabajaba como un burro en un despacho oscuro a rebosar de papeles y por ahí andaba enfrascado entre impresos  en amarillo, blanco y azul cuando un colega le invitara inesperadamente a su casa. Luca era más bien flaco y del todo gris, carecía de atractivo y sin embargo Octavio en seguida pensó en él. Había dado con el tipo perfecto, con toda seguridad estaría libre aquel viernes por la tarde. Necesitaba hombres para su pequeña orgía y Luca no era rival de peso, sensato y discreto haría bulto divinamente. Cuando por fin llegó a casa de Octavio, tras cambiarse de corbata unas 14 veces, aparecio apestando a Pachuli en una fiesta que ya había ido degenerando y al menos a esas alturas ya nada tenía de convencional. 

Parejas de todos los sexos besándose, mujeres bailando solas con una sonrisa estúpida en la cara y los ojos en blanco, así como en trance. Un tipo larguirucho hacía el pino en la pared de la cocina, una pelirroja se había dormido en el sofá acurrucada sobre un perro lanudo que le lamía la cara mientras un rubio tocaba la flauta dando saltitos como Hamelín y una morena cantaba por la ventana una canción de Bob Dylan balanceándose con los brazos en alto.

Visto lo visto Luca ya se largaba cuando Octavio le tendió una copa “¿A dónde crees que vas? No tan rápido, amigo. No puedes irte, antes tendrás que mojar ¿no? Te dejo en manos de Petra, tragará contigo, no es muy remilgada.” Palmadita en la espalda, luego un guiño y se marchó. Petra era una mujer nórdica de pies a cabeza, sana y fuerte como una amazona, podría hacer malabarismos con Luca si se lo propusiera pero no entraba dentro de sus planes, al menos no tan pronto. Primero fumarían marihuana  sobre una hamaca a rayas mientras le susurraba en inglés "come and give a puff and let us know each other" que viene a ser algo así como “venga, dale una calada y mientras nos conocemos”.

Luca no recuerda nada de aquella noche, salvo la cara de Petra,  la melena de Petra, los ojos de Petra, los labios de Petra, los pies de Petra… ¿los pies de Petra? Esto no me encaja, haré una llamada a Roma… También los pies, confirmado. Y el tatuaje del hombro y la cicatriz en el costado. Nunca pensé que Luca, precisamente Luca, disfrutara con los detalles. En verdad así fue y terminó recorriendo la piel de Petra como un mapa engalanado.  

Pero no es el cuerpo de la sueca lo que le cambió la vida sino el extraño sueño que vino después. Soñó que viajaba a China a meditar sobre el monte Shoshi  y como si se tratara de una revelación, no dudó en convertirse al budismo, aprender chino mandarín, comer verduras al wok, tocar el gong e iniciarse en las artes marciales.


MONTAÑA DE SONGYANG, tras 28 duros meses de ENTRENAMIENTO
Suena  una campana en el Monasterio de Shaolin, cerca de Luoyang. Llega un viajero. Luca atraviesa el arco de madera roja y negra del Templo nº1 bajo el cielo custodiado por 2 Gigantes de piedra Huum y Aaah que le miran con desconfianza, ansían el retorno del honorable guerrero Wu shu que hace milenios defendiera al insigne monarca de la dinastía tang frente a un puñado de traidores... tiempos gloriosos para el templo.  Ahora y entonces reina en la montaña la paz absoluta, los farolillos rojos de papel, el Gonfu que retumba a lo lejos.

Al alba los monjes entrenan en grupo la postura del mono, el planeo del águila, el aleteo de la grulla para luego enroscarse como la serpiente y después mantener la inmovilidad previa al combate como haría un mantis religiosa… con el pelo rapado y sus túnicas color mostaza emprenden saltos entre fabulosos gritos, choque de espadas y lanzas con cintos a un ritmo acrobático, acompasado ¡y exento de violencia! sin romper el sagrado silencio de la mañana.

Luca se considera afortunado, será recibido por el anciano Maestro Shi De Yang, jefe de los monjes guerreros que le mostrará los rincones de Shaolin y contestará a sus cuestiones existenciales. Conforme se acercan al Salón de los Mil Budas, el joven Luca le pregunta:

- Maestro  ¿qué he de hacer si una señora gorda me empuja al subir al autobús?  Sé batirme en combate ¿puedo utilizar la fuerza?
- Cuando la grulla cruza el cielo no arremete contra el pescado, se limita a sobrevolar las nubes. No lo olvides, mi Pequeño Saltamontes.
- No alcanzo a comprender, Maestro.
- El libro de la estratega dice: "No provoques la lucha, acéptala; es mejor retroceder un metro que avanzar un centímetro." LAOTSE
-Sabias palabras del pensamiento Zen.  Pero ¿y si se me cae una cartera al suelo con todas mis pertenencias  y lejos de pararse a ayudar la gente pisa aquello que me pertenece?  ¿Qué habré de hacer entonces? ¿Puedo entrar en lucha abierta?
Solo se oían sus pasos al entrar en el Salón del Vestido Blanco cuando el  monje respondió:


- Cuando la boa se ondula baila al  son de la flauta sin reparar en la multitud. Recuérdalo, mi Pequeño Saltamontes.
- No logro entender, Maestro
- "El que desea sacar la espada es un principiante. El que puede sacar la espada es un experto. El que es la espada misma es un maestro" RISUKE OTAKE
- Digno de tu sabiduría, noble Shi De Yang. Pero ¿y si paseo por un verde jardín y un grupo de muchachos bebidos me arrojan una botella de cerveza a la cabeza y se rompe el vidrio… sería una provocación en regla ¿podría responder al ataque?

El jefe de los monjes guerreros hace rato que se siente incómodo,  tras años de paz interior intenta mantener la compostura pero Sifu Huang L. Santino está acabando con sus nervios.  Entonces optó por dirigirse al Patio de las 200 Posiciones con la esperanza de que el aire fresco de la montaña le templaba los ánimos...


- Cuando el sol se pone, el ser que amaneció a veces crece torcido por el  viento esquivo. Acéptalo, Pequeño Saltamontes.
- No capto la Luz, Maestro
- "Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso" KYUDO
- Me honra, gran Monje Shaolin iluminándome el pensamiento. Pero ¿y si en un semáforo golpeo levemente el coche de delante y su conductor me amenaza con una barra de hierro?... mi vida corre peligro ¿podría entondes reducir a mi enemigo?

Al anciano monje le ha brotado un tic en los ojos que no le aquejaba desde los ocho años y un deseo irrefrenable de tocar la trompeta, abandonar para siempre su eterna dieta de sopa y arroz y zamparse un buen plato de cordero en salsa. Mira al italiano diminuto con condescendencia, le está acribillando a preguntas sobre un mundo lascivo y cruel que no puede ni imaginar y sin duda desconoce.

- El caracol no abandona su caparazón con las primeras gotas de lluvia. Piensa en ello.
- Ilústreme, gran guerrero con su mensaje.
- "El hombre que se enoja se derrotará a sí mismo en el combate, lo mismo que en la vida" MÁXIMA SAMURAI
- Admiro vuestro temple, Maestro. Poco a poco voy viendo la luz...
A esas alturas, la cara del buen Shi De Yang es todo un poema. Sus ojos lanzan llamas, su mentón se halla tenso y afilado como un arma arrojadiza así como cada uno de sus gestos que comienzan a irradiar un halo de intensa ira. Por suerte se escucha remota la música del Ding Lang en el monasterio y recuerda aquel Provervio tibetano : "Cien amigos es poco; un enemigo, demasiado" que le infunde algo de serenidad como para aplacar su enojo, pero no por mucho tiempo…


- Tras este sagrado encuentro,  mi estimado Huang L. Santino, ahora he de retirarme. Ya soy anciano y estoy cansado.  Te dejó en compañía de Shin Me Luan, mi hermano de generación. Él te conducirá al Gran Altar de Inclinación, medita en silencio y el Buda dorado de turbante azul iluminará hasta tu sombra .
- Pero ¿y si…?
- Ay, Pequeño Saltamontes ¡qué fatalidad! Con los años me quedé sordo de un oído y no alcanzo a escuchar a esta distancia  – alejándose - Pensé que era un revés de la vida, hoy se manifiesta como una auténtica Bendición que me devuelve la cordura tras el peor de los tormentos.
- ¿Y si…?
- "Las palabras no son buenas para el sentir de lo secreto. ¿Quien puede ponerle nombre y apellidos al infinito?" HUANG TA CHUNG
Y SI…?
- "Es mejor escuchar poco y entender que escuchar mucho y no hacerlo" NIRVANA SUTRA
- ¿Y SI…? ¡Necesito hallar la Paz Interior!
- No a costa de la mía, Huang L.Santino. Insisto, MEDITA EN SILENCIO.

En un FUTURO PRÓXIMO

* Luca lo ha conseguido, vuelve a Roma con energías renovadas en medio de un aura de colores. Buscará a Petra, aquella mujer cuenta con fuerza suficiente para luchar por los dos. Además Petra no domina el idioma, lo que en este caso ¡es toda una ventaja! y enamorada como está del típico tonillo italiano tragará alegremente con cualquier rollo macabeo. Siempre que él le masajee los pies, ella le escuchará durante horas.

* Por su parte, Shi De Yang se encuentra sumido en una tremenda crisis personal. Tras 84 años de sosiego espiritual aquel romano casi le saca de sus casillas… Desde entonces le irrita el brinco del grillo, el rumor del manantial, el chasquido de las hojas, tiembla con el tintineo de la campanilla de entrada, le sobresalta hasta el canto de la alondra... incapaz de buscar reposo en aquellos santos parajes huirá al Tibet, donde hará voto de silencio para no tener que conversar con ningún miserable occidental durante los próximos 7 años. Allí estaría a salvo "Uno no puede ser golpeado si no puede ser tocado" y dicho esto el anciano Shi De Yang sonrió haciéndo dos rayitas de sus ojos rasgados. 

*Dedicado a Mr.A, el hombre más paciente sobre la faz de la tierra.

viernes, 5 de octubre de 2012

Chose me!!!! Elige tu Aventura...


Llovió un Viaje para ti, pero no fue uno cualquiera… Elígelo tú ¡o mejor! permite que sea él quien dé contigo esta vez. Háblale de tí, no lo dejes al azar y piensa: ¿Cuáles de estas palabras te llaman de alguna manera?


SALUDO:IrasshaimaseいらっしゃいませHoşgeldinizنرحب Kukuyu - Ceud mìle fàilte
SIN PENSAR: ParaguasBotasSandaliasSedas
MÚSICA: Percusión Viento VocalCuerda
SIN PENSAR: Abanico manosgafas - sombrero
BEBIDA: CaféAguaCerveza
SIN PENSAR: TrigoArrozMijo - avena
PERFUME: cítricohierbasándalotierra
SIN PENSAR: Lucessollunaniebla
CANCION: AyangenaCannakkale- Auld lang Syne - Hougaku
SIN PENSAR: sombrilla - palmera - barro - piedra
UNGÜENTO: mirra - aguamiel - incienso - agua de rosa
SIN PENSAR: videojuego - catarata - roble - bicicleta
CIUDAD: Elerslie  - Abuja - Antalya - Iwakuni

Pues bien ¡ahora toca viajar! pero yo me quedo aquí, esta marcha la emprendes en solitario. No temas, en cuanto obtengas un color reconocerás tu aventura al instante... Y créeme, durante unos minutos no querrás estar en ninguna otra parte. 



Ceud mìle fàilte
Viajas en autocar cogiendo curvas cerradas, subiendo empinadas cuestas pero por suerte apenas te das cuenta porque llueve a cántaros y tienes la sensación de estar sumergido en el fondo del mar dentro de un pequeño submarino amarillo.  Los demás pasajeros son turistas como tú y permanecen callados por miedo a que cualquier sobresalto os precipite al vacío. Estáis todos bien atónitos, con la extraña sensación de haber sido abducidos en medio del temporal y hallaros inmersos en otra dimensión fuera del espacio-tiempo directos a un fatal desenlace. Por fin los primeros comentarios: “Menudo día” “128 libras esterlinas tiradas a la basura” “qué hambre ¿no?” “vaya mierda de excursión” “¿funciona esa calefacción?…  aún mordaces y sarcásticos, disipan el terror y los prefieres al silencio. 

Seguís subiendo y el chófer para calmaros los ánimos opta por un chorreo de música celta que a los demás quema por completo mientras que a tí te pone en situación... La inmersión total. Hay que dejarse llevar, sabes que dejará de llover más pronto o más tarde. Minutos después el autobús para en el corazón de las Highlands. Al principio no hay mucho que ver, caminamos avanzando entre nubes  bajas que se van disipando poco a poco. Uno de nuestros amigos es ciego e inexplicablemente comandea la marcha,  percibe algo que tú no eres capaz ni de intuír siquiera y aún así le sigues sin intención de que te lleve a alguna parte, más bien para evitar que en medio de esa euforia en la que se haya sumido, vaya y se despeñe. Respira hondo, está como poseído... hay una fuerza poderosa que le arrastra hacia el valle valiéndose únicamente de su bastón ¡y a mi con él! a un ritmo endiablado.

El aire húmedo le empapa la cara cargado a rebosar de plantas aromáticas que salpican el campo de cientos de verdes… Se escuchan cencerros, un puñado de ovejas Sheetland de lana gris pastan ignorando vuestra presencia mientras aguardáis a que se abra un poco más el cielo y muestre esas montañas aún invisibles. Unos minutos después aparece por fin la enorme roca que envuelve esa tierra en leyenda. Y es que a día de hoy Glencoe aún mantiene ocultos a los ojos del inglés los cuadros coloridos de los 9 clanes con sus gaitas chillonas convertidas en cenizas. Detrás de la piedra, ecos y cenizas. Fue entonces que el muchacho invidente  llora y eso te conmueve, no sabes si acercarte a él... y grita ¡cuánta belleza! Ve más allá,  de alguna manera. Por cierto, bienvenido a Escocia


 Hoşgeldiniz  نرحب
Una mañana más en el mercado de Missir Garsisi. Hayid acompaña a su madre a comprar una gallina para la cena del ramadán. Ya había estado allí muchas veces de modo que ya no se sobresaltaría al ver escaldar un ave dentro de la olla hirviendo o con soplete arrancarle las plumas. Pero lo de hoy es distinto,  justo cuando él pasa por ahí pretenden matar un pollo rebanándole el pescuezo con tan mala suerte que, al no ser certero el corte, el pobre bicho se escapa despavorido con el cuello colgando. 

 Entonces Hayid convencido de que un pollo muerto le persigue, preso del pánico también echa a correr sorteando los puestos como en una carrera de obstáculos hasta caer de cabeza sobre los sacos de especias... Mira tú por donde estás ahí, quién te lo iba a decir ¿eh? Enseguida te pongo al corriente: se ve que sin querer te separaste del grupo, querías hundir la mano en el esparto, acariciar el grano, rozar las semillas… pero no te atrevías.

Y entonces aterriza Hayid y con el impacto cientos de especias salen volando hacia el cielo, por encima de vuestras cabezas, sumiendo el mercado en una lluvia de cálidos colores. El mercader vocifera, recita el Corán  y mil proverbios árabes mientras Hayid y tú comtempláis extasiados aquel espectáculo. Hasta el reguero de sangre que dejó el pollo a su paso se baña en cúrcuma tomando un maravilloso color anaranjado. Hayid a tu lado sonrie disipándose su temor y ¡vuelta a empezar! La vida sigue, siempre vuelve la magia tras el horror vivido, amanecerá y lloverá y nacerán otra vez margaritas sobre los tejados.  Por cierto, bienvenido a Estambul (Turquía).


Kikuyu
Shana quiere ir a por agua con las  mujeres de la tribu, de conseguirlo sería su primera vez. Ellas le desalientan “si vienes no serás más que un estorbo” pero aún así camina. Lleva ya dos horas de sol y polvo, con los pies descalzos cuando tropieza , le sangran las rodillas “levántate o te quedas”.
Las mujeres miran atrás, para luego darle la espalda. Sabe de sobra que no puede parar o se la disputarán como festín  hienas y buitres, después las hormigas... de modo que siguió a delante cojeando hasta llegar a una charca amarillenta que burbujeaba  sobre tierra azul. Inhóspito paraje ¡más propio de otro planeta! en lo que Shana no repara al no haber visto jamás ni fotos ni mapas. Se dispone a agacharse, acercándose, cuando una rana da 2 saltos sobre el agua y con sus ojos de niño, aquello le hace gracia… sin sospechar que el simpático anfibio al saltar por tercera vez se desplomará como entumecido  para terminar engullido por la laguna.

Entonces recuerda las palabras del viejo chamán, un hombre sabio que conoce este mundo y el otro, los ha visto en sueños. Una vez habló sobre el barro blanco que auyenta a los espíritus, también del veneno sulfuroso que duerme en las aguas pantanosas... es entonces que decide alejarse cuanto antes. Una hora después llega por fin a la fuente donde las mujeres hace ya tiempo que llegaron y matan el tiempo riendo y charlando antes de reemprender la marcha.

Y ahí también estás tú ¡sorpresa! sentado a la sombra de un matorral fotografiando sus coloridos trajes, escuchando sus cánticos mientras se enfría el motor del Jeep y descansáis un poco. Ellas la ven llegar y sin malicia se ríen a carcajadas mientras ella sonríe. Ha llegado ¿no? solo eso importa. Todas portan tinajas en la cabeza a excepción de Shana que llegará a casa con un bidón de plástico medio vacío que aún huele a gasolina y sin embargo lo hará orgullosa, altiva... ya nada la podrá parar, no han podido con ella ni la tierra seca ni el agua podrida.  Por cierto, bienvenido al Norongoro (Nigeria) 


Irasshaimase - いらっしゃいませ
Coges la línea de metro Yurikasome que va rapidísimo y sin conductor... ¿una historia de fantasmas? No lo creo. Te bajas en las estación de Nakano y a las afueras observas que como llueve, todo el mundo agarra un paraguas sin preguntar, están ahí para eso  y  tú también arramblas con uno de lunares ¿por qué no? ¡los hay a montones!... ¿una historia de magia? No lo creo. Pasas por el templo de Sensoji de Askura y ves las ofrendas florales entre reverencias depositadas en el suelo… ¿una historia mística? No lo creo.  

Miras hacia el frente, cientos de personas esperan en un paso de cebra silenciosas, sonrientes y tanta conformidad te recuerda algo... ¡Matrix! Buscas a Neo (no a Nemo) pero no lo encuentras. Te dejas llevar por la marea humana hasta el barrio de Harajuku y ves almacenes de electrónica, uno tras otro, pero no te interesan.

Es cuando decides tirar por la calle Takeshita, parece diferente... y por fin lo encuentras: se suceden las tiendas más extrañas de yo-yos, de regalos diminutos, de comidas de plástico, de comics en inglés y en nipón, de disfraces audaces y psicodélicos que lucirán los jóvenes el próximo domingo en Harrajuku frente al puente de Jingu: Chicas vestidas de muñecas, de sirvientas, de lolitas con aspecto aniñado, calcetines hasta la rodilla, zapatones, faldas de vuelo, pestañas enormes  y pelos cardados en rosa y azul.

De noche te internas en el barrio de Ginza, miras hacia arriba: torres altísimas, carteles luminosos que parpadean, letreros que juegan a hacer carambolas con las letras de Heidi frilteando con los colores. Por un momento sospechas si te hallarás inmerso en un mundo de replicantes, que no puede ser de otra forma y reconoces el universo de Blade Runner por todas partes... ¿una peli futurista? No lo creo. Crees que empiezas a desvariar, demasiadas situaciones absurdas en muy poco tiempo. Lo atribuyes a esos caramelos afrodisíacos que probaste en el centro comercial ¡por hacer la gracia! y ahora notas que te están sorbiendo el  seso.

Mientras te preguntas sobre el cuelgue que llevas, encima van y se complican las cosas…  atravesando el parque Uen te topas con 20 niños de ojos rasgados completamente uniformados y disciplinados ¡parece que les va en ello la vida! ¿jugando al beisbol? Aquello no cuadra lo mires como lo mires y antes de que te de un colapso ¡?#8! Hazme caso, mejor será que entres en una tienda del centro: En cuanto pises el establecimiento todos los empleados sin excepción cantarán a coro “Iras haimase” con su mejor sonrisa y entonces lo entenderás. Por cierto, bienvenido a Tokio, la cuidad más inusual de cuantas imaginas.